Ruta de primero de mes, con lo que tocaba desplazarnos fuera
de nuestras fronteras, a Valdemorillo, para respirar aire de nuestra sierra
madrileña y disfrutar de un día perfecto de otoño. Hacía tiempo que nadie tenía marcha competitiva que coincidiese y es
que se va notando ya el final de la
temporada en el calendario. Así pues nos dimos cita en el Recinto Ferial a las
8.00h Antonio, José, David, Félix, Jorge, Raúl, Pablo, Ester y David, la última
incorporación al grupo.
Una vez descargadas las bicicletas, los ajustes varios,
mecánicos y fisiológicos y tras cargar el track que íbamos a seguir empezamos a
rodar por la M-600 hasta el Polideportivo la Dehesa, donde ya cogemos camino
ancho, abierto, dirección Robledo de Chavela que nos depararía la primera de las incidencias del día, David
(“El nuevo”, por diferenciar más que nada) pinchó las dos ruedas a las vez.
Quizás influyó que era el único con ruedas blancas… no digo más de estas ruedas…. Más adelante nos hicimos una foto de grupo en el Observatorio Republicano de Zarzalejo, dos grandes piedras de granito con una escalera en medio que cubrían la posición frente al bando Nacional de Fresnedillas de la Oliva.
Llegamos a Zarzalejo Estación tras cruzar las vías del
tren. Aquí nos esperaba el primer y mayor “cuestón” del día, una rampa de asfalto
para salir del pueblo, que nos deja con las pulsaciones a tope, aunque nuevamente bajamos hacia él de nuevo para coger un
tramo de unos 200 metros de asfalto, que fueron bastantes más al equivocarnos
con el track.
Ya en el camino correcto cruzamos el Arroyo de los Morales,
ahora seco, para hacernos unas fotos en la subida. Continuamos con paso lento
ya que Ester y José se van quedando atrás y nos rotamos para estar alguien
atrás. Nos reagrupamos, para el momento
barrita, en el pueblo Zarzalejo en donde Ester está pidiendo la hora
tras estar acatarrada días antes.
Cruzamos Zarzalejo y nos toca subir por otras fuertes rampas
por la vía pecuaria Colada de la Cruz Verde y más tarde Colada de la Hinojera y
Cumbrecilla. Jorge tuvo una caída sin importancia y muy bien Pablo, que fue el único capaz de no poner pie en la
subida, muy técnica y con poco agarre y con algún que otro escalón.
Tomamos unos 200 metros de asfalto para
coger un camino a la derecha, tendido, que nos lleva hacia la parte más elevada
de la ruta con unas maravillosas vistas hacia el Puerto de la Cruz Verde y El
Escorial.
Empezamos a bajar por un sendero dirección ya con ganas de
llegar a la Silla de Felipe II, no sabíamos en ese momento lo que íbamos a
tardar en llegar a ese punto de la ruta…
Tras patear por el monte y rasparnos un poco, ya conseguimos
hacer del tirón una buena bajada por sendero, en la que tuvimos que cruzar un
par de puertas. Zona bonita, sombría, cubierta de Castaños y pinos que nos hace
disfruta al máximo. Tras la bajada toca subir por un sendero del mismo tipo que
la bajada, con raíces, piedras y que exigen el 100% de concentración .Lo ideal
para coger técnica, algo que por nuestra zona habitual no podemos desarrollar
tanto.
Tras reagruparnos de nuevo en la carretera cogemos un
sendero para enfilar el último kilómetro antes de la Silla de Felipe II. Aquí
nos dimos cuenta que nos faltaba José por lo que decidimos esperar a ver si
llegaba y luego buscarle por si se había caído. Tras un cúmulo despropósitos,
en los que Pablo fue a buscarle sin batería en el móvil, después Raúl y
posteriormente Jorge…por fin nos juntamos en la silla de Felipe II con cara de
poco amigos…pero con unas vistas al Real Monasterio de El Escorial espectaculares.
Tras coger un tramo de carretera, cogimos un camino a la
izquierda siguiendo erróneamente el track por lo que tuvimos que patear hacia arriba hacia abajo… de lado… y cruzar
una puerta que no habíamos visto junto al asfalto antes para bajar ya hacia Zarzalejo
Estación. No se pasa por el pueblo esta vez y ya solo nos queda una zona
rápida, tendida y muy divertida por La Colada del Camino de la Crucijada y La
Colada de la Fuente Vieja.
Y para rematar los incidentes…Antonio no se cayó como
apuntaban algunos pero dio con el pedal en una piedra y dio un culetazo al
sillín rompiendo la sujeción, menos mal que sólo quedaba un kilometro para
llegar a los coches. No sólo para él, sino para todos porque la ruta se
transformó en una odisea desde el principio.
Hay motivos para retrasar la ruta que son normales y
que se cuentan con ellos, pinchazos, caídas, equivocaciones con el GPS… pero no
con otros, como decidir atajar a la Silla de Felipe II sin avisar y dar lugar a
problemas mayores. La "ruta de domingo" se hace en grupo y se trabaja como tal,
con el único fin de pasarlo bien. Esperemos que no vuelva a pasar.
Y en resumen, ruta muy bonita que alterna un poco de todo,
sendero, vías pecuarias, zonas abiertas, bosque, etc, pero que se hizo larga por
todas las incidencias que tuvimos, pero que habrá que repetir para volver con
mejor sabor de boca.
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